La exitosa implementación de buses eléctricos, celebrada por la ciudadanía por su bajo costo, ha generado tensiones inesperadas en las calles. Conductores de los nuevos buses reportan agresiones e intimidaciones por parte de choferes de micros tradicionales de la empresa Liserco, desatando un conflicto por pasajeros.
Mientras los conductores de los buses eléctricos reciben un sueldo fijo, los de las micros tradicionales dependen de la cantidad de pasajeros, generando una feroz competencia. Esta situación ha provocado roces en las calles, con reportes de cierres de paso, roces de vehículos y agresiones verbales.
«Nos cierran el paso, rozan nuestros espejos… se ha vuelto una zona conflictiva», declara un conductor de bus eléctrico, sobre los incidentes en el sector de Cienfuegos. Otro conductor relata como un colega le dañó un espejo en la Recova por competir por pasajeros. Si bien el nuevo sistema es un avance significativo para la región, las críticas se centran en los tiempos de recorrido y las tensiones entre conductores.
A pesar de estas dificultades, la electromovilidad ha demostrado ser un éxito, beneficiando económicamente a cientos de ciudadanos. Se espera que las autoridades intervengan para mediar el conflicto y mejorar la gestión del tráfico.