La tranquilidad del tradicional barrio de la Iglesia San Luis en Coquimbo se ha visto fuertemente amenazada por la irrupción de la delincuencia y el microtráfico, dejando a los vecinos viviendo en un clima de miedo e inseguridad.
Acusan un deterioro progresivo en la calidad de vida, con asaltos constantes, peleas y consumo de drogas en las calles, convirtiendo al sector en un territorio hostil, especialmente durante la noche.
“Ya no podemos salir después de las 20:00 horas sin temer por nuestra seguridad”, lamenta una vecina, quien describe la sensación de estar bajo «toque de queda» dentro de sus propias casas.
Los vecinos denuncian la ineficacia de la vigilancia policial, exigiendo una mayor presencia de Carabineros, especialmente durante las horas nocturnas, cuando la delincuencia campa a sus anchas.
Asimismo, la aparición de prostíbulos clandestinos, la ocupación de espacios públicos por grupos extranjeros y la suspensión de eventos religiosos por la presencia de armas de fuego, han encendido las alarmas sobre una posible transformación del barrio en un «barrio rojo».
«No queremos que nuestro barrio se convierta en un lugar peligroso, pedimos a las autoridades que tomen cartas en el asunto para recuperar la seguridad y la tranquilidad que antes teníamos», exigen los vecinos, clamando por una pronta intervención para evitar un deterioro mayor del sector.