Las abundantes precipitaciones registradas en los últimos días en la Región de Coquimbo han sido un alivio para muchos habitantes, sin embargo, no son suficientes para revertir la situación de escasez hídrica que enfrenta la zona. Según el Centro Científico CEAZA, las últimas lluvias no son más que una pequeña ayuda en un largo proceso de desertificación que requiere años de precipitaciones para recuperarse.
A pesar de que los embalses como Puclaro, La Laguna, La Paloma, El Bato y Corrales han visto un incremento en sus niveles de agua, los porcentajes de almacenamiento aún reflejan la escasez del recurso hídrico en la región. Es importante destacar que las precipitaciones aún no tienen un efecto inmediato en el aumento de los embalses, ya que se debe esperar el aporte de la nieve durante la primavera y verano.
En este sentido, desde el CEAZA se hace un llamado a planificar el territorio de manera sustentable y tomar decisiones basadas en evidencia para asegurar la disponibilidad de agua a largo plazo. A pesar del alivio momentáneo que representan las últimas lluvias, es fundamental seguir trabajando en la gestión del recurso hídrico para garantizar su uso adecuado en todos los sectores de la sociedad.