A las 4 de la tarde de este 7 de abril, Viernes Santo, en el Convento “San Agustín” de La Serena, ubicado frente a la Recova, se dio inicio al tradicional Vía Crucis. Inspirados por los textos bíblicos -que relatan el recorrido que hizo Jesús con la Cruz hasta su crucifixión y muerte- en la jornada se tuvo presente el amor de Dios que entregó a su Hijo por amor a la humanidad de todos los tiempo y lugares.
Presidiendo la procesión -que se encaminó por calle Prat rumbo hasta la Catedral- el Arzobispo de La Serena, Mons. René Rebolledo Salinas, reflexionó que “Cristo muerto, con sus brazos extendidos en la Cruz, nos amó entregando su vida por nosotros y nuestra salvación. Él sigue manifestando también en nuestros tiempos su amor, bondad y misericordia”.
Ya en el interior del templo y acompañado de numerosos fieles, previo al rito de la Adoración a la santa Cruz, el Pastor recordó la entrega de Cristo, solicitando tener presente en este día “a cuántos hoy están sufriendo, corporal y espiritualmente, entre ellos los que padecen el sinsentido de la guerra, la violencia, los atropellos a la dignidad de la persona, la crisis hídrica y económica en tantas partes del mundo, el hambre, la desigualdad, las desconfianzas entre los pueblos y naciones, la carrera armamentista, entre otros”.
Luego, manifestó que Jesús “revive su Pasión en tantos rostros sufrientes y situaciones dolorosas que experimenta el mundo, nuestro país y también la región. Especial recuerdo para el cabo Daniel Palma, que en paz descanse, su familia, la institución de Carabineros de Chile y tantas otras situaciones dolorosas, como familias que hoy lloran la partida de un ser querido”.
Finalizó haciendo un llamado “a todos los que creen en Cristo, como también a las mujeres y hombres de buena voluntad, a hacer todo lo posible para que, conociendo su mensaje y testimonio de vida, procuremos vivir en paz, concordia y fraternidad. La violencia, los atropellos a la dignidad de las personas, los asaltos y robos, solo potencian distanciamiento, inseguridad, desconfianzas, dolor y sufrimiento, lo que extiende la cultura de la muerte. Especial responsabilidad de quienes nos presiden, investidos de autoridad, para que se unan en torno a propósitos y acciones comunes, con el objetivo de superar cuánto hoy nos aqueja y así podamos vivir en paz, como la gran comunidad que somos”.
Reflexión y esperanza
Cabe destacar, que la Iglesia en La Serena comenzó a vivir el Viernes Santo con un Retiro Espiritual que dirigió el sacerdote redentorista, P. Mauricio Pizarro, párroco en “San Pedro” de Coquimbo, el que tuvo lugar en el templo Catedral y que fue seguido por centenares de personas en las parroquias y comunidades, como también por familias en sus hogares, que siguieron la transmisión a través de diversas estaciones radiales.
“En este día que contemplamos al Señor en la Cruz, no debemos olvidarnos que es precisamente allí donde está nuestra esperanza. Por lo tanto, frente a situaciones de tanto dolor y sufrimiento, como las que estamos viviendo en nuestro país, creo que con mayor fuerza resuena la invitación a sostenerse en el Salvador, quien transforma todas las cosas, siempre que encuentre un corazón dispuesto a vivir ese cambio”, enfatizó el predicador.