Un nuevo golpe al narcotráfico dio Carabineros de Chile al lograr detener a una organización criminal por venta de drogas y obtener antecedentes que permitieron detectar el lavado de activos, lo que se convierte en la primera formalización por este tipo de delitos en La Serena.
La banda, capturada en una operación conjunta de Carabineros y Gendarmería, operaba desde el recinto penitenciario Huachalalume, pero además contaba con un local para el acopio y distribución de la droga en La Recova. Su líder es el reconocido traficante, Carlos López Chirino, quien se encontraba detenido por el mismo delito junto a sus dos hijos en Huachalalume, pero recibió el indulto Covid-19, promulgado por el expresidente Sebastián Piñera en 2020, que buscaba fortalecer el cuidado de la salud y la vida de las personas privadas de libertad.
Tras salir de la cárcel, López Chirino retomó su actuar delictual generando redes tanto dentro como fuera de la cárcel, traficando diversas drogas.
El jefe de la IV Zona General Rodrigo Espinoza señala que este trabajo, elaborado en coordinación con Gendarmería y el Ministerio Público, permitió no sólo detener a esta banda dedicada al narcotráfico, sino que marcar un hito en La Serena al formalizar, por primera vez, por el delito de lavado de activos. “Es una señal potente para decirle a la comunidad que estamos trabajando para generar espacios más seguros, que estén libres de droga, porque nuestro objetivo es que se sientan y vivan más tranquilos. Se trata de un clan familiar conocido en la zona por sus vínculos con el narcotráfico. Sin ir más lejos, su líder, un hombre de 79 años, cumplía condena desde 1998 en la cárcel de La Serena, y recientemente había sido beneficiado con el indulto covid, producto de la pandemia, lo que –como podemos ver- no le impidió seguir vendiendo droga fuera de la cárcel.”
Según los datos recabados por El Día, la Organización Criminal operaba con dos personas desde la Cárcel Huachalalume, G.P.P.A y J.A.L.R, este último hijo de López Chirino. Ambos, a pesar de estar en aislamiento, se dedicaban a la adquisición y venta de drogas ilícitas, tanto al interior como al exterior del recinto.
Afuera de la cárcel eran ayudados por sus familiares, que actuaban como brazos operativos en esta red. Aquí eran ayudados por Carlos López Chirino, quien acopiaba la droga en su casa y en el local de La Recova y su hija G.A.L.R que actuaba como la mujer de confianza, encargada del transporte, la dosificación y venta de las sustancias. Además, era quien facilitaba las cuentas bancarias para los dineros obtenidos por este negocio.
G.A.L.R. era quien administraba el local comercial en La Recova, emprendimiento que permitía lavar las utilidades obtenidas de la venta ilícita de drogas.
Además, se logró establecer que existía un quinto integrante de esta organización K.A.A.R pareja de G.P.P.A. quien era su red de apoyo afuera de la cárcel y era la encargada de recepcionar, dosificar y realizar el traspaso de drogas a López Chirino.
Durante la investigación se allanó tanto el local comercial como la casa de López Chirino, avaluada en más de $200 millones de pesos, incautando más de $1.500.000 3 kilos de marihuana, pasta base, ketamina
Cabe recordar que en el año 2004, López Chirino, quien se encontraba cumpliendo una condena desde el año 1998, fue nuevamente sentenciado, junto a sus hijos y otros dos sujetos, por liderar una banda dedicada al tráfico de drogas en y sus dos hijos fueron sentenciados por tráfico de drogas, acusándolos de internalizar más de 60 kilos de pasta base de cocaína, y la organización se dirigía a través de llamados telefónicos desde la cárcel.
Esta vez, tanto López Chirino, como su hija y la otra mujer que apoyaba la venta, fueron formalizadas por lavado de activos y tráfico de drogas y se encuentran con prisión preventiva mientras dure la investigación.