La tradicional Pampilla de Coquimbo, la fiesta más grande de Chile, ha dejado un sabor amargo a muchos de sus comerciantes. Locatarios que invirtieron importantes sumas de dinero para participar en la celebración, se encuentran hoy enfrentando un panorama desolador tras las bajas ventas y lo que consideran una «estafa» por parte del municipio.
Con lienzos y pancartas cargados de mensajes contundentes, un grupo de alrededor de 90 comerciantes se presentó este miércoles en el Edificio Consistorial de calle Videla, exigiendo una reunión con el concejo municipal para expresar su descontento.
Los locatarios denuncian que la organización de la Pampilla 2024 estuvo plagada de irregularidades, con la instalación de puestos clandestinos y la venta sin impuestos de productos, lo que les restó oportunidades de venta y generó una competencia desleal.
«Esta es una estafa», declara Sandra Manríquez, una de las comerciantes autorizadas a ingresar al salón del concejo. «Ellos (municipalidad) tenían un gran proyecto para la Pérgola con artistas importantes, pero nosotros quedamos a un lado y sin información».
Los comerciantes afectados aseguran que jamás les había ido tan mal en las Fiestas Patrias como este año, y que se vieron obligados a invertir sumas considerables de dinero que no han podido recuperar.
«Hay comerciantes que tienen que cubrir cheques cuantiosos», señala otra de las dirigentes, «Yo tengo que cubrir 7 millones y hoy no los tengo. No teníamos presupuesta una fiesta tan mal organizada por esta administración».
La situación ha generado una fuerte indignación en los locatarios, quienes amenazan con radicalizar las protestas si no se les devuelve la inversión.
«Vamos a hacer más lienzos, vamos a hacer nuevas protestas», asegura Sandra, «creemos que la muni con esto nos cierra las puertas, pero no nos quedaremos de brazos cruzados».
La presión de los comerciantes hacia el municipio se intensifica, mientras se debaten sobre la posibilidad de volver a participar en la Pampilla del próximo año. La «debacle» de la edición 2024 ha generado un profundo malestar y un futuro incierto para la fiesta más grande de Chile.