Una treintena de vehículos se reunieron en la calle Portales de Coquimbo para rendir homenaje a un joven motorista fallecido, desencadenando una noche de caos para los residentes. Los testigos relatan cómo la música a todo volumen, el consumo de alcohol y el bloqueo del tráfico crearon una atmósfera de terror en pleno centro de la ciudad.
A pesar de los llamamientos a la seguridad municipal y a Carabineros, ninguna autoridad intervino para controlar la situación, dejando a los residentes, en su mayoría adultos mayores, a merced de la situación. Una vecina describió la escena como una fiesta callejera descontrolada, con los vehículos ocupando la vía y generando un fuerte ruido que perturbó a la comunidad.
La presencia de adultos mayores y niños con Trastorno del Espectro Autista en la zona agravó la situación, ya que el ruido y la agitación causada por el «funeral» les impidió descansar. Además, se reportaron incidentes de agresividad por parte de algunas personas que bloqueaban la calle, lo que generó temor entre los residentes.
A pesar de la cercanía de la caseta de Carabineros, la ausencia de respuesta por parte de las autoridades ante esta situación plantea interrogantes sobre la capacidad de control y seguridad en la ciudad. Los dirigentes vecinales expresaron su preocupación por la falta de personal para hacer frente a este tipo de eventos inesperados.
Desde el municipio de Coquimbo se evitó hacer declaraciones oficiales, indicando que no intervienen en este tipo de situaciones que puedan poner en riesgo a sus funcionarios. Carabineros, por su parte, informó que monitorearon la situación a través de cámaras en coordinación con la municipalidad, sin embargo, la falta de acción en el terreno generó desconcierto entre los residentes afectados.