La Región de Coquimbo enfrenta una grave crisis hídrica, con reservas de agua en niveles críticos tras un verano extremadamente seco y altas temperaturas. Las autoridades están solicitando una alerta sanitaria para priorizar el consumo humano y evitar racionamientos, ya que embalses clave como La Paloma y Cogotí se encuentran con niveles alarmantemente bajos, con apenas un 3% de capacidad en el caso de La Paloma.
A pesar de las intensas lluvias del año pasado que aliviaron la sequía en algunas regiones, Coquimbo no ha experimentado mejoras significativas. El embalse Corrales, con un 45% de capacidad, es el que presenta mejores condiciones, aunque su volumen de agua almacenada es comparable al de La Paloma. La Región de Coquimbo se encuentra al borde del límite crítico en su suministro de agua, lo que subraya la urgencia de medidas para hacer frente a esta megasequía.