A pesar del paso del tiempo, los crianceros mantienen vigentes la tradición de concurrir a las veranadas en la alta cordillera de la Región de Coquimbo y con ello conseguir mejores pastos para sus animales.
Su labor está marcada por el sacrificio, pero confiesan sentir satisfacción por desarrollar una práctica ancestral y que el municipio de La Serena corroboró, a través de un equipo de la dirección de seguridad ciudadana que los visitó en sus majadas como una forma de conocer sus inquietudes, sobre todo, en el ámbito social y de salud.
Se trata de un seguimiento que durante el año se desarrolla en sus hogares en la costa.
Claudio Terán Alonso, gestor del sector rural de la Dirección de seguridad ciudadana de la Municipalidad de La Serena resaltó que se busca plasmar la política de cercanía del alcalde Roberto Jacob y conocer el trabajo que despliegan los crianceros. “Ver la movilidad que tienen ellos y si se encuentran bien, sobre todo en el aspecto de salud, que es lo que le interesa a la Municipalidad y, además, corroborar el aspecto de la seguridad en los diferentes sectores y que sientan que existe preocupación por ellos”, subrayó.
La actividad se desplegó en la estancia de Casa Blanca y cordillera El Calvario y las majadas Las Ánimas, El Pozo Seco y Las Trancas, donde los crianceros y familias valoraron la iniciativa. “Es bueno que vengan, porque, asimismo, hay muchas cosas que se pueden conversar, por ejemplo, a veces cuando hay daño (contra los animales)”, planteó Armando Contreras Areyuna (66).
Igualmente colocó énfasis en el deterioro que los ‘leñateros’ provocan al suelo y con ello al pasto, “no les importa que exista una mata de varilla verde y la cortan no más, por eso es bueno comunicarlo cuando vienen estas delegaciones”, precisó.
Alfonso Contreras Contreras (70) llegó a finales de noviembre a La Tranca desde el sector El 22 y destacó que el municipio serenense destinara un equipo para conocer las necesidades de los crianceros en el mismo lugar donde se desenvuelven en la cordillera. “Es bueno, porque es un apoyo para nosotros y nos escuchan”, recalcó.
Enfatizó que, junto con mantener la tradición, en los últimos años se agregó la necesidad de salir por el daño que ha sufrido de los perros que se han incrementado con el surgimiento de nuevas viviendas en el límite con la Comunidad Agrícola Olla de Caldera. “Estamos prácticamente encerrados y no se puede soltar mucho el animal porque aparecen perros y por eso que este año tuvimos que salir nuevamente (a la cordillera)”, puntualizó.
Alfredo Areyuna se instaló con su ganado en El Pozo Seco donde pretende estar hasta los primeros días de marzo e igualmente calificó de positivo la ronda municipal. “Me parece muy bien que llegue gente y que conozca el sacrificio de uno, es bonito también”, subrayó.