Un importante hito sumó la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital San Pablo de Coquimbo, esto luego de concretar con éxito el tratamiento de su primera paciente intoxicada por monóxido de carbono, acción de urgencia que fue clave en la recuperación de Josefa, menor de 12 años proveniente de Ovalle.
“Me decían que esta máquina está hace un tiempo en el hospital y es primera vez que se usaba en esto, entonces para los logros que se tuvieron y lo que vi, deberían usarlo siempre. Ojalá nunca hubiera más intoxicaciones, pero si está esta oportunidad y alguien sufre este proceso, que lo usen porque de verdad es 100% recomendable en relación a lo que vivimos, el proceso y las mejoras notables que tuvo mi hija”, comenta Evelyn Urbina, madre de la paciente pediátrica.
Comúnmente conocido como el “enemigo silencioso”, porque no se puede ver ni oler, el monóxido de carbono es un gas que encontramos en el humo de la combustión, que al inhalarlo afecta la capacidad de los glóbulos rojos para transportar oxígeno. Si bien es potencialmente mortal, las víctimas por intoxicación tienen un buen pronóstico de recuperación si son trasladadas oportunamente a un recinto asistencial.
Y ese fue el caso de Josefa, que luego de sufrir una intoxicación causada por un brasero que contaba con poca ventilación, presentó síntomas como somnolencia y lentitud de pensamiento, además de convulsiones que la obligaron a ser internada en la UTI del Hospital Provincial de Ovalle.
Es ahí cuando los profesionales médicos del recinto limarino decidieron actuar rápido y activar la red de salud junto al Hospital de Coquimbo, con el objetivo de trasladar a la paciente y así evitar posibles secuelas neurológicas. “El equipo intensivista pediátrico del Hospital de Ovalle, se comunicó con UCI pediátrica del Hospital de Coquimbo, y fueron ellos quienes se comunicaron con nosotros para el tratamiento de esta menor, que durante todo el tratamiento estuvo acompañada por su madre dentro de la unidad”, agrega Mónica Manríquez, enfermera jefa de la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital San Pablo.
El Dr. Gianfranco Oneto, médico de la Unidad, fue parte del equipo clínico que empleó las dos sesiones de oxigenoterapia hiperbárica que se le suministraron a Josefa. Respecto al tratamiento, el facultativo explica que “uno recibe el triple de la cantidad de oxígeno de lo que se pudiese recibir en superficie. Al tener esta mayor proporción de oxígeno, esta curva que es difícil de disociar, porque el monóxido de carbono se une con mayor fuerza a la hemoglobina, uno va a poder hacer una disociación mucho mayor y de esta manera barrer el monóxido de carbono de la paciente”.
Nuevas prestaciones a flote
Tras ver la luz verde en septiembre del 2021, la Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital San Pablo, se ha caracterizado por dar solución a la alta tasa de accidentes por descompresión que afecta a los buzos mariscadores y pescadores de la Región de Coquimbo, donde a la fecha ya se han atendido 28 casos. Sin embargo, la buena noticia es que este tipo de medicina está en pleno proceso de ampliación de sus prestaciones, las que se están abriendo a nuevos tratamientos complementarios, como la intoxicación por monóxido de carbono, y otros procedimientos ambulatorios.
Así lo explica el Dr. Christian Vargas, director (s) del Hospital San Pablo de Coquimbo. “Este hito abre nuevas posibilidades para nuestro hospital en beneficio de nuestros usuarios. Próximamente vamos a aperturar otras prestaciones de medicina hiperbárica, entre ellas: lesiones actínicas, lesiones por radioterapia en nuestros pacientes oncológicos y también otras heridas que se ven beneficiadas por el uso de tipo de tratamientos. Por lo tanto, creemos que en los próximos meses vamos a poder contar con esta prestación para todos nuestros usurarios, estamos afinando nuestro recurso humano, flujos y coordinaciones para realizarlo en el corto tiempo”.
El recinto que alberga la cámara hiperbárica cuenta con 260 mts2 construidos de equipamiento médico e industrial. El proyecto tuvo una inversión que ascendió a más de 674 millones de pesos, financiada a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional y recursos provenientes del Ministerio de Salud.